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¿Alguna vez has notado que tu mascota rechaza ciertos alimentos o los come con desgana? Es posible que su comportamiento no tenga nada que ver con el sabor o la textura de la comida, sino con otro factor completamente distinto.
I. Los sentidos de los animales y su relación con la comida.
Los animales tienen sentidos más agudos que los humanos y, en consecuencia, pueden detectar sabores y olores que son imperceptibles para nosotros. Esto puede explicar por qué algunos alimentos que les resultan atractivos a los humanos no son del agrado de las mascotas.
II. Experiencias previas.
Las mascotas pueden asociar ciertos alimentos con experiencias negativas, como una enfermedad o un castigo. Incluso si el alimento no tuvo nada que ver con la experiencia negativa, la asociación negativa se mantiene.
III. Dificultades para la digestión.
Al igual que los humanos, las mascotas pueden experimentar problemas digestivos cuando consumen ciertos alimentos. Si una mascota asocia un alimento con una digestión dolorosa, es posible que se resista a volver a comerlo.
IV. Comportamiento aprendido.
Los comportamientos de las mascotas son influenciados por la educación que han recibido y su entorno. Si su mascota siempre ha visto que se le dan ciertos alimentos, es posible que se sienta atraída por ellos, mientras que otros alimentos le parecerán extraños y desconocidos.
Como podemos ver, hay muchas razones por las que las mascotas pueden temer ciertos alimentos. Al comprender las posibles causas detrás de su comportamiento, podemos ser más conscientes de las necesidades y preferencias alimentarias de nuestros amigos peludos.